EL MAYOR CONSTRUCTO IDEOLÓGICO CRIMINAL EN TIEMPOS MODERNOS: LA VIOLENCIA DE GÉNERO
1. Introducción
De las tres
preguntas ontológicas clásicas, ¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos? Y ¿A dónde
vamos?, solo la primera puede tener una correspondiente verdad ontológica respetable,
el ¿Quiénes somos? A saber, junto con
los animales, somo seres pluricelulares con un ineludible dimorfismo sexual,
pero dotados de razón, y que además sentimos y desarrollamos una conciencia
moral basada en la empatía, la compasión, la solidaridad, la autoconservación y
el amor a la prole y a la familia. El ejercicio de la violencia no se escapa de
nuestra caracterización ontológica.
En particular, el dimorfismo
sexual que caracteriza a los animales y a los hombres, base de la asimetría y
la desigualdad, se concreta en atributos, capacidades, motivaciones e intereses
diferentes y complementarios que han hecho, en este caso, que hombres y mujeres
prosperen y sobrevivan a lo largo de la terrible singladura histórica que han
tenido que recorrer hasta nuestros días. Las duras condiciones ambientales y
para la supervivencia requerían de una clara diferenciación de los roles socio-familiares
de ambos sexos, el concurso de la fuerza y el poderío físico de los hombres los
ha hecho acaparar secularmente los trabajos más duros y peligrosos, y la mujer,
debido a su imprescindible capacidad de amamantar hasta largo tiempo a la prole…,
se dedicaba al hogar. Esta simbiosis
natural entre hombres y mujeres, imperecedera a lo largo de la historia,
produjo deformaciones, vicios culturales y efectos “adversos” en ambos sexos
que se perpetúan a lo largo del tiempo y concretados en desigualdades ante la
ley. Por ejemplo, posiblemente las condiciones de vida a las que se han expuesto
secularmente los hombres, estén detrás de que vivan de promedio 6 a 8 años
menos que las mujeres, así, el axioma, las mujeres y los niños primero también
podría explicar esta circunstancia.
En todo caso, la
verdad ontológica es que tanto hombres y mujeres, como seres humanos, y en
su rol filogenético, se han amado, protegido y han prosperado juntos, ambos
conciben el mayor sentimiento humano, la empatía…, por contra y en su
parentesco filogenético con los animales, ambos son capaces de ejercer la
violencia, aunque a diferencias de éstos, por intereses espurios.
Que hace el feminismo
contemporáneo y en su concreción el constructo ideológico llamado ideología de
género, deshumanizar tanto a hombres como a mujeres, a los primeros y sobre la
base de la mayor falsedad jamás construida, la violencia de género (VG), les
arrebata los atributos humanos que nos diferencian significativamente de los
animales, es decir convierten a todos los hombres por igual, en animales y a las
mujeres en seres indolentes incapaces de autoprotegerse y del ejercicio de la
violencia. Todo ello circunscrito en un delirante escenario histórico y
cultural de opresión sistemática de hombres contra mujeres denominado por el
feminismo como hetero-patriarcado. La conciencia social de esta situación de opresión
sistemática requiere la deconstrucción de todos los cuerpos sociales conocidos hasta
la fecha, el más importante, la familia, después el vecindario, la comunidad…,
todos sometidos al gran hermano que vigila la privacidad más esencial.
Configurándose una nueva superestructura que es el estado feminista, un “super-macho”
que nace para tutelar a todas las mujeres, que serán el único cuerpo social
rentable en términos políticos. Mujeres que de la secular tutela marital pasaran
a la tutela del “super-macho”, convirtiéndolas en los nuevos esclavos del
sistema, atomizadas, solas, atemorizadas y alienadas en el trabajo.
Voy a hacer una
aproximación interpretativa del feminismo de género y su herramienta dialéctica
más preciada, la VG, bajo cuatro puntos de vista, un análisis ideológico, sus rendimientos
económicos, sus consecuencias jurídicas, y finalmente, un análisis que nos
permita deconstruir este constructo ideológico y someterlo al rigor científico.
2. Análisis ideológico del feminismo de género
Antes de
convertirse definitivamente el centro de investigaciones sociológicas (CIS) en
un instrumento al servicio del gobierno, en la encuesta del CIS (noviembre del 2013), la violencia sobre la mujer
no era un problema que preocupara a los españoles y españolas, representaba
como primer problema un 0.0 de sus preocupaciones y les afectaba solo a un 0.1 de los españoles. ¿Entonces? ¿Se ha
hipertrofiado un problema para judicializar la vida familiar, enfrentar a los
sexos, creando fractura social y un suculento negocio?
La VG es el constructo ideológico primordial que justifica todos los atropellos del “super-macho” y su feminismo de género tanto contra las mujeres como contra los hombres. La VG según la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, (LIVG) (1) es toda violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia (todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad, Art. 1). Es decir que la ejercen los hombres como grupo identitario, basado en una violencia estructural, secular, ejercida independientemente de los tiempos históricos, la cultura o las características sociodemográficas del individuo. Pues bien, esto es incompatible con la razón o el sentido común, el humanismo y la ciencia. Solo es comprensible desde la existencia de un determinismo genético que predispone al hombre en general a dominar, oprimir y maltratar a sus parejas, madres de sus hijos y compañeras de supervivencia. Ya la exalcaldesa de Madrid, la señora Carmena indicaba que el maltrato está en el ADN del hombre. Pero la ciencia no ha identificado ese gen de la infinita maldad del hombre. De hecho, esta aberrante interpretación de la realidad solo se puede entender desde un darwinismo social, fuente de inspiración de las doctrinas represivas más abyectas de la historia de la humanidad como el fascismo o el nazismo, racismo.
Constanzo Preve lo explica muy bien en su texto: El feminismo es orgánico al capitalismo: “el feminismo nos trae una reacción furiosa
contra todo el universo social y comunitario (necesariamente compuesto por
hombres y mujeres), el feminismo presenta una naturaleza extremadamente
individualista”. Individualismo, esencia del neoliberalismo. Señalando Adriano Erriguel
que, con su apuesta por las políticas de género y los sagrados derechos de las
minorías, la izquierda no sólo no ha reforzado a la clase trabajadora, sino que
ha contribuido a desagregarla. Si la mercantilización absoluta de la existencia
es la verdad última del capitalismo, entonces es preciso quebrar toda
resistencia “comunitaria” a la misma, en donde las mujeres han sido,
históricamente, las principales correas de transmisión del sentimiento
comunitario. El (neo)feminismo es una de las corrientes menos comunitarias y
más orgánicas del capitalismo que existen.
Lo que nos debería
hacer reflexionar es si en verdad es el capitalismo el que ha creado e
impulsado la ideología de género y por ende la VG como estrategia para
desactivar la lucha de clases por la lucha de sexos, creando fractura
social y abaratando el mercado laboral. No se entiende como el Banco Mundial,
el FMI y otros depredadores internacionales, responsables de los mayores
latrocinios y del hambre en el mundo, se preocupen tan insistentemente por la VG.
Como bien describe
Diego Fusaro, la izquierda postmoderna ha renunciado al materialismo
histórico, la dialéctica del conflicto vertical entre dominadores y
esclavos, la ha reemplazado en un conflicto horizontal entre iguales, en el
caso que nos ocupa entre hombres y mujeres, y así desactivar la esencia misma
de la más sólida estructura comunitaria de la historia y de resistencia ante la
adversidad, la familia.
Pero incluso asumiendo
el paradigma de odio feminista, culpabilizando al hetero-patriarcado de todo
mal, habría que preguntarse: ¿Qué culpa tienen las generaciones contemporáneas de
los hechos históricos pretéritos para tener que rendir cuentas de lo que
hicieron sus ancestros? Si todo el mundo está a favor de la igualdad: el Papa,
el Banco mundial, el foro de Davos, la OCDE, la policía, las universidades, la
patronal, los medios de comunicación, todos los partidos políticos y sindicatos
y demás arribistas…, ¿Por qué año a año siguen perpetuando su maniquea y
falsaria retórica victimista? Los arribistas, los narcisistas mesiánicos y el
resto de la caterva de alienados son la explicación. Los primeros se mueven por
conflictos de intereses de naturaleza económica, son Lobbies, viven de los “chiringuitos de género”, son mercenarios sin
escrúpulos. Los segundos, neo burgueses de “izquierdas”, que expresan su
vocación totalitaria a través de su solidaridad con las minorías; y los
terceros son legión, una masa de esclavos pusilánimes al servicio de los
dictados de la casta política. Este último grupo es el auténtico sostenedor de
esta ignominia, de esta farsa y de este atentado a la convivencia humana que
supone el feminismo de género y las políticas de identidad.
Y es que la igualdad
de género es un auténtico oxímoron, es desigualdad total. En este
constructo de odio, el varón blanco y heterosexual, es un privilegiado, independientemente
de su estatus económico, clase social, cultura, lugar de residencia…, los
varones no padecen. Pero el oxímoron lo explica todo, los varones sufren
los mayores niveles de siniestralidad laboral, penosidad en el trabajo, sinhogarismo,
indigencia, suicidios… Por el contrario, en España, cerca de 500 leyes benefician a la
mujer solo por el hecho de serla (2).
Pero es que además
el feminismo de género, no reconoce que la mayor parte de hombres y mujeres
viven en pareja, y que los problemas afectan por igual a esas estructuras
básicas de convivencia, la cual quieren destruir por hetero-patriarcal.
Por tanto, el feminismo de género postmoderno
es en esencia neoliberal y antihumano, ya que deshumaniza a las mujeres,
considerándolas víctimas infinitas de la historia de los tiempos, “el sexo
débil”, incapaz de tomar sus propias decisiones e incluso de ejercer la
defensa propia y que por tanto necesita la tutela del nuevo super-macho, el
estado feminista, liderado por mujeres empoderadas, una nueva casta genética
privilegiada nacida de los aparatos de los partidos políticos. Pero lo peor, el
feminismo de género deshumaniza a los hombres, calificándolos como los victimarios
seculares de la historia, incapaces de ejercer los afectos, cuidados y empatía,
propios de los humanos, hacia sus seres queridos.
Hiparquia, la
cual nació 300 años antes de
Cristo, fue la primera filósofa de la secta del perro, la primera filósofa
cínica que convivió, pese a la inicial oposición de su familia, con Creates de
Tebas y llevó una auténtica vida ascética. En la época de la decadencia de las
polis griegas (algo similar a lo que sucede actualmente), Hiparquia desafió las
convenciones sociales, su auténtico empoderamiento no fue su sometimiento a la
polis, al poder establecido, no se convirtió en arribista al servicio del poder
político, renunció a una vida de lujos para vivir en la pobreza con Creates:
Yo
Hiparquia, prefiero a la muelle labor femenina, la vida viril que los cínicos
llevan, no me agrada la túnica sujeta con fíbulas, odio las sandalias de suela
gruesa y las redecillas brillantes. Me gustan la alforja y el bastón de viajero
y la manta que en tierra por la noche me cubre…
Más de dos mil años después, la historia
se repite, pero, el estereotipo de la mujer feminista posmoderna no tiene nada
que ver con Hiparquia, es una mujer independiente del hombre, al que desprecia,
pero dependiente y esclava de una superestructura alienante, el Estado
Feminista, que le indica el modelo de convivencia, sus elecciones (trabajos, juegos,
diversiones, orientación sexual) acordes a la retórica políticamente correcta,
le impone cuotas de discapacidad y lo peor, la deconstruye en su misma esencia biológica,
al no saber ya ni siquiera identificarse o reconocerse como mujer.
3.
Análisis económico de la VG
Los motivos ideológicos que inspiran este constructo ideológico ya
los sabemos: la fractura social, la destrucción del único cuerpo social
que ha garantizado históricamente la seguridad y la prosperidad de las
personas, la familia, y la atomización social de las personas en mónadas
individuales o minorías interseccionales que compiten por los pocos recursos y
se abandonan al nihilismo. Todo ello como elemento clave para la desmovilización
y la desactivación social ante los atropellos criminales del “super-macho”
(ya lo sufrimos en la farsa pandémica). Pero el lado económico de este
constructo criminal no deja de ser avasallador, un latrocinio del estado
supremacista-feminista de los recursos públicos para su red clientelar, la
cual se constituirá en su base electoral incondicional y perpetua.
La Unión Europea, según el informe del Instituto Europeo de Igualdad de
Género sobre el coste de la VG en Europa, ha estimado que en
2024 la VG grava a los europeos cada año con la estremecedora cantidad de 366.000
millones de euros (Figura 1) (3). En España representa un coste de 38.500
millones de euros al año destinados a la VG. De este informe cabe destacar
también que en Europa la VG es aplicable tanto contra mujeres como
contra hombres, cosa que en España sólo se aplica y se reconoce
exclusivamente en casos de mujeres heterosexuales agredidas o asesinadas por
sus parejas o exparejas hombres heterosexuales (4).
Figura 1.Informe del Instituto Europeo de Igualdad de
Género sobre el coste de la VG en Europa.
En 2023 se
destinaron 140.202.020 millones de euros destinados a las Comunidades
Autónomas en materia de VG (BOE, resolución 16 de marzo de 2023.
Secretaría de Estado e Igualdad). Pero es que los criterios para obtener ayudas económicas
se sostienen entre otros por el número de denuncias o número de mujeres que
se declaran maltratadas (Figura 2). Según ANAVID (5), existen 2.270
asociaciones de mujeres recibiendo subvenciones, sólo en Andalucía y alrededor
de 60 federaciones que también reciben subvenciones. Todo ello financiado con
dinero público que pagamos todos los españoles y subvencionado también por los
países de la Unión Europea.
Figura 2. Criterios
para obtener ayudas económicas en materia de VG.
Según el Ministerio
de Igualdad (6) en 2022,
considerando solo los costes tangibles, el coste de la VG se sitúa en 4.933 millones de euros en 2022, la cifra supone un 0,37% del PIB.
En términos de costes por persona éste asciende a 104 euros año/persona, el sector
público es el que soporta la mayoría del peso con un 90.8%.
Por no indagar en los costes dedicados a la propaganda del relato oficial
de la VG, por poner un ejemplo cercano, habría que cuantificar cuánto han
costado todos los carteles que nos encontramos en las entradas a nuestros
pueblos ( Figura 3). O las presuntas corruptelas derivadas de la propaganda sobre
la VG (Puntos violeta) ( Figura 4).
Figura 3. Propaganda de VG a la entrada de un pueblo.
Figura 4. Presunta corrupción en los puntos violeta.
4.
Consecuencias jurídicas de la VG en España
La
LIVG instaura en España la justicia de autor, la asimetría penal por
razón de sexo (7) ( Figura 5, sin considerar el agravante de género), creando
juzgados de excepción y comprometiendo la seguridad jurídica y la presunción de
inocencia de los varones. El escenario es absolutamente desolador para el
varón en España. La LIVG consagra en España un escenario legislativo insólito en el derecho
moderno e internacional y retrotrayéndonos a circunstancias insidiosas en las
que predominaba el delito penal de autor, según el cual existe discriminación y diferente penalización en
función de quién sea el perpetrador del delito. En este caso nos encontramos
que un mismo delito tiene diferente pena, es decir mayor, para un hombre que
para una mujer. Creándose una auténtica caza de brujas contra el hombre por
motivos ideológicos y económicos.
Figura 5. Asimetrías penales en VG.
En los delitos vinculados con la VG en
España según el Estudio de la
Aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género por las Audiencias
Provinciales (año 2016), en
el 33,8% de las condenas se utilizó exclusivamente el testimonio de la víctima
como única prueba de cargo (8) y según la Memoria Fiscalía
General de Estado de 2022, el
61% de los hombres denunciados firmaron conformidad en 2021 (9).
Las consecuencias en España de esta Ley
han sido devastadoras, según ANAVID (10) desde 2004 hasta 2022, se han producido
más de 2.260.000 procesos judiciales, más de 1.705.000 terminaron siendo
declarados inocentes,
de los que con dinero público se ha procesado a gente inocente, privándoles
de libertad, aplicándoles el artículo 544 TER de la LECRIM separándoles de sus hijos, con
detenciones en calabozos de 24 y 72 horas, que normalmente se producen los
fines de semana, es decir, lo viernes, para que así el hombre pase todo el fin
de semana en un calabozo con unas pésimas condiciones higiénicas, en estado de
shock, por no saber ni siquiera por qué se le priva de libertad, restringiendo
el régimen de visitas de sus hijos y siendo expulsado de su casa con lo puesto.
Una media de más de 455 hombres pasan por el calvario de ser detenidos cada día
en España, por violencia de género, con tan sólo la palabra de una mujer. Una
media de 160.000 hombres son
procesados al
año como terroristas de un comando, para que luego año tras año, se demuestre
que más del 80% de ellos, los cuales han sido privados de libertad, son
declarados inocentes, según los datos del Consejo General del Poder Judicial.
Por no me mencionar el posible uso
espurio de esta ley para obtener ventajas en los procesos de separación y
divorcio.
5.
Deconstruyendo la VG: Bidireccional “ Intimate
patner violence”
Una plétora de estudios científicos, publicados en revistas
internacionales con impacto JCR donde se garantiza la revisión por pares
cegada, emplean el término de INTIMATE PATNER VIOLENCE (IPV) en vez del de
VG y demuestran que la IPV es bidireccional y simétrica en muchos
casos y multifactorial.
Scott et al.,
(2023) indican que los hombres como las mujeres pueden ser víctimas de
violencia de pareja, aunque no se comprenden adecuadamente las similitudes y
diferencias en sus experiencias. Los
hombres identifican y denuncian actos de violencia similares a los que se
utilizan contra ellos.
Straus et al., (2011) indican en una revisión de 91 estudios con comparaciones empíricas la SIMETRÍA
EN LA PERPETRACIÓN DE LA IPV.
Forster et al., (2017) señalan que, en
comparación con los hombres, las mujeres tenían aproximadamente un 70% menos de
probabilidades de victimización (OR = 0,31, IC 95% = 0,15-0,71) y
más del doble de probabilidades de perpetración.
Leemis et al. (2022)
señalan en la figura 6 el porcentaje de IPV en la población de EEUU.
Figura 6. Porcentaje de IPV en la población de EEUU.
Costa, et al., (2015) destacan en su estudio en 6 países europeos que la victimización masculina de la agresión
psicológica varió desde 48.8% (Porto) hasta 71.8% (Athens) y la
victimización femenina desde 46.4% (Budapest) hasta 70.5% (Athens). La
victimización masculina y femenina de la coerción sexual osciló entre 5,4 y
8,9%, respectivamente, en Budapest a 27,1 y 25,3% en Stuttgart. Las
víctimas masculinas y femeninas de asalto físico oscilaron entre el 9,7 y el
8,5%, respectivamente, en Porto, al 31,2 y el 23,1% en Atenas. Las
víctimas masculinas de lesiones fueron del 2,7% en Östersund y el 6,3% en
Londres y las víctimas femeninas fueron del 1,4% en Östersund y del 8,5% en
Stuttgart. Los hombres y mujeres experimentaron la IPV
como víctimas y perpetradores con pocas diferencias significativas de sexo
dentro de las ciudades. Los resultados respaldan la necesidad de considerar a
hombres y mujeres como posibles víctimas y como perpetradores cuando se acercan
a la IPV.
Varios autores
destacan mayor nivel de perpetración de la IPV por parte de las mujeres:
López-Cepero, J et al., (2015) destacan
que toda forma de
violencia de pareja fue más perpetrada por las mujeres. La mayor diferencia
según sexo se encontró en «castigo emocional» (sufrido por el 20,9% de los
varones y el 7,6% de las mujeres) y en «violencia física» (6,6% y 2,3%,
respectivamente). Encontrar que los varones jóvenes sufren
más violencia de tipo emocional que las mujeres es un hallazgo común a otros
estudios.
Karakurt, & Silver (2013)
indican que los varones sufren niveles más altos de
abuso emocional.
Kaufman-Parks, et al., (2018)
destacan que el riesgo de las mujeres de perpetrar violencia contra
una pareja romántica fue mayor que el de los hombres, la violencia de mujer a
hombre se considera menos seria y más socialmente aceptable. El 13% de las
mujeres y el 9% de los hombres reportan haber perpetrado la IPV, mientras que
el 10% de las mujeres y el 18% de los hombres reportan ser víctimas de la IPV.
Williams, et al., (2008) ya señalaban hace varios
años que la IPV perpetrada por mujeres es una práctica común. Ocurren entre adolescentes, estudiantes universitarios
y adultos: la violencia emocional, parece
ser la más frecuente, seguida por la violencia física y luego la sexual.
Finalmente, MULTIPLES FACTORES DETERMINAN LA IPV NO EL MACHISMO, el cual es indemostrable
en un proceso judicial, sin embargo, ante otro caso de VG, los medios de
propaganda oficial, antes incluso iniciadas las investigaciones policiales ya
destacan en sus titulares otro caso de VG, para el “suma y sigue”.
Factores sociodemográficos como la edad, el matrimonio, el desempleo y los bajos ingresos, el aislamiento
social, psicopatologías, los síntomas
depresivos, uso de drogas…, podrían tener una
capacidad auténticamente explicativa de la IPV.
Caetano et al., (2017) señalan que el alcohol juega un papel
importante en la IPV. El estudio encontró que del 30 al 40 por ciento de los hombres
y del 27 al 34 por ciento de las mujeres que perpetraron violencia contra sus
parejas bebieron en el momento
del evento. Según Okuda et al., (2015) en la
IPV (4.2% en hombres, 7.0% en mujeres), los perpetradores tenían mayores
probabilidades de tener cualquier trastorno
psiquiátrico, 42.0% y 67.7%, respectivamente. Ser más joven, tener
un trastorno por consumo de alcohol, un
trastorno de personalidad, bajos niveles de apoyo social y bajos ingresos se
asociaron con la perpetración.
En uno de los estudios más completos
se destacan 63 marcadores de riesgo únicos relacionados con la violencia física
de pareja tanto para hombres como para mujeres, entre ellos: los problemas de
salud mental, el narcisismo, los celos, el uso de drogas, sufrir abuso
infantil, las infidelidades, el estrés postraumático, estrés financiero,
problemas de salud física, número de niños en casa, tipo de empleo,
religiosidad, edad, nivel educativo…(Spencer et al. 2022).
Por tanto, Spencer
et al, (2024 ) destacan la importancia de un enfoque holístico al trabajar
con víctimas y perpetradores de violencia de pareja, centrándose en la
importancia de tener en cuenta todos los aspectos del modelo biopsicosocial, correlatos de salud mental y física con
la perpetración y victimización de la IPV.
Realmente nuestros políticos ¿Saben
y desean esto?
Pedro Ángel Latorre Román
Referencias
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https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2004-21760
2)
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https://anavid.es/violencia-de-genero-cuestion-de-negocio-no-de-probabilidades/
7)
https://observatoriogalileo.blogspot.com/2017/01/la-asimetria-penal-en-la-violencia-de.html
8)
https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Violencia-domestica-y-de-genero/Grupos-de-expertos/Estudio-sobre-la-aplicacion-de-la-Ley-integral-contra-la-violencia-de-genero-por-las-Audiencias-Provinciales--Marzo-2016-
9)
https://www.fiscal.es/memorias/memoria2022/FISCALIA_SITE/recursos/pdf/MEMFIS22.pdf
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