TÍOS COMO ROBLES LLORANDO A MOCO TENDIDO
Hace tiempo, una indeseable, de cuyo nombre no quiero acordarme, decía que “venía llorada de casa” y otra abyecta “personaja” decía que “los hijos no pertenecen a los padres”, frase esta última que ilustra el carácter psicopático, miserable y repugnante de la casta política. Yo he visto, escuchado, consolado y animado a “tíos como robles llorando a moco tendido”. Hombres cuya culpa principal era su condición biológica. Hombres que no venían llorados de casa, su lamento era infinito, ya que les habían arrebatado la esencia de su existencia, su descendencia, sus derechos y responsabilidades paterno filiales, por un Estado fallido y criminal que abiertamente te dice a la cara que tus hijos le pertenecen, a no ser que formes parte de sus innumerables subgrupos de oprimidos que les nutren de beneficios y poder omnímodo. Fui cofundador, hace unos 13 años, de la Asociación Jiennense por la Custodia Compartida y en todo este tiempo he ido vislumbrando como España se había convertido en un