A MI VECINO ANTONIO MUÑOZ MOLINA, CRÓNICA DE UNA DECEPCIÓN

 

A MI VECINO ANTONIO MUÑOZ MOLINA, CRÓNICA DE UNA DECEPCIÓN

Lo venía intuyendo y es que mi vecino del Barrio de San Lorenzo (Úbeda) parece haber tomado definitivamente la senda del arribismo al calor de la autoridad y discurso político de turno. Camino que otros intelectuales venidos a menos, como el ínclito Luis García Montero, han ido marcando con desafortunadas ocurrencias “literarias” en prensa y basadas en sus prejuicios ideológicos y en un sectarismo cada vez más abrumador (Léase: Todos somos Ana Julia Quezada). Mi crítica, claro está, sometida a rectificación, surge de las declaraciones recientes del escritor en diferentes medios de comunicación acerca de su nueva publicación “Volver a dónde”. Así en TVE 1 parecía blanquear la nueva normalidad aludiendo a que cualquier pasado fue peor. Y todo ello desde un patético balconcito de su piso en una avenida ruidosa y poco compatible con su excelso sentido de la ecología. Atalaya en donde recrea, criando pimientos transgénicos aderezados de combustibles fósiles, la huerta de su padre, que parece ahora detestar. Dice el triste de Antonio: “No hay a dónde volver. Mal que bien, tienes que habitar el único tiempo que existe, que es éste”. O, “Al mundo que yo conocí y que retrato ahí no creo que nadie en su sano juicio quiera volver ni cinco minutos”. ¿Esto delata ciertos traumas pretéritos? Los análisis antropológicos y sociales hay que contextualizarlos, aun así, yo sí quisiera para mis hijas “ratazos” de mi pasado. Las calles eran de los niños, como destacaba Guts Muths en su obra “Gimnasia para la Juventud” (1807), sobre la necesidad de la creación de “plazas de juegos”, verdadera “República de niños donde se dejarán a un lado los privilegios, y donde reinará sólo la fuerza física, el talento espiritual, la valentía y el valor moral”. Y añade, “la depravación de las costumbres ha llegado a un extremo, que sólo ofrece el exterminio de todas las virtudes: los cuerpos están sin fuerzas, las almas sin energía”. Antaño, la prevalencia de la obesidad era menor, los niños teníamos una excelente condición física, había un respeto tácito a los mayores y la percepción de seguridad y tranquilidad eran mayores. Existía la cultura del barrio, los vecinos se ayudaban, compartíamos momentos inolvidables sentados al fresquito en la calle. Los alimentos eran más naturales, el aire estaba más limpio y el contacto con la naturaleza y los animales era constante. Y no es que cualquier pasado fuese mejor, pero renunciar a tu pasado, como así pareces indicar, lo bueno y lo malo, es tu catarsis personal, oportunista y adaptativa a los tiempos que corren, pero realmente es tu inmolación como Antonio Muñoz Molina, es la destrucción de Mágina, de tu magnífica obra literaria. No Antonio, no cambio tu casa en la Plaza de San Lorenzo por tu piso de Madrid. ¡Pero lo que más asusta de tu nueva prosa es el léxico vacío de significante y significado, haces tuyos conceptos denigrantes e impropios de un intelectual, como “negacionista”, negando precisamente tú la posibilidad del debate, acusando sólo al mensajero; o “buena educación”, asociándola a tus prejuicios ideológicos y lo de “sociedad lectora saludable “, ¡Qué demonios será! Y no Antonio, la nueva normalidad, que tú abrazas, no será nunca mejor que el pasado, no hay que aceptarla bajo ningún concepto, es obligación de cualquier ser humano oponerse frontalmente a ella, supone la imposición del control total, la anulación completa de la soberanía personal, de derechos inalienables como la libertad de expresión, de circulación, de decisión, derecho al trabajo, es la pérdida de los afectos, de los instintos, de la vida espontánea, de la salud, es la dictadura de los tecnócratas. Como bien dices, la nueva normalidad va asociada a una agenda política, cultural y económica. Una agenda global cuya meta es el exterminio del ser humano como tal. Querido Antonio, más de lo mismo…, el arribismo y la estulticia se abren camino, pero vuestro colaboracionismo es nuestra condena.

Entrevista en prensa a Antonio Muñoz Molina

https://www.huffingtonpost.es/entry/antonio-munoz-molina-entrevista_es_6139db23e4b0628d09578d00




Comentarios

  1. Las cosas son mucho más simples.
    Ocurre como comer jamón, es algo muy simple. Pero es majestuoso comer ibérico+duroc de bellota.
    O bien vamos donde diga la inmensa masa de hipócritas e ignorantes, o bien desviamos está sin razón de la ignorancia.

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