LA CONSTITUCIÓN DESTRUYE LA NACIÓN

 

Con este escrito intento reproducir de manera sintética, con mis aportaciones personales y otros análisis de diferentes autores, algunas de las reflexiones y conclusiones extraídas del extraordinario espacio de análisis político como es el canal de YouTube “Debates abiertos” y en particular, el último, emitido el pasado 3 de diciembre y que podéis visualizar en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=3stQ7l6b4Fs.

Un canal que se inspira en el paradigma ideológico rupturista con el Régimen del 78 desarrollado por Antonio García Trevijano (AGT) y que en su magistral obra “Teoría pura de la democracia”, denuncia que en España no hay democracia; destacándose aspectos clave como que la Monarquía es la sucesión de la uniformidad de la dictadura por medio del consenso. O, donde no hay representación política de los electores de distrito por su diputado personal, no puede haber control político del poder. En este sentido, subraya diciendo que sin elecciones directas y separadas al poder ejecutivo y al poder legislativo no puede haber separación de poderes en el Estado, ni, en consecuencia, garantía alguna de libertad política. Claramente, García Trevijano tenía Razón. Ver video de Antonio García Trevijano donde explica por qué España no es una democracia (1).

Y es que si atendemos a la definición de democracia que nos ofrece la Real Academia Española (RAE), como sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de sus representantes; en España, el régimen del 78 nos impuso un sistema político perverso, con la perpetuación ad infinitum de la misma casta política (PP-PSOE), mediante un sistema electoral en el que cada ciudadano no representa un voto. Por ejemplo, en las elecciones del año 2000, el PNV con 353.953 votos obtuvo 7 diputados y IU con 1.263.043 votos solo 8 diputados. Pero es que, además, ¿Quién elige a tus representantes? A este respecto, citemos la “carta magna” en su artículo 6: Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos. En este artículo no se menciona nada del concepto crucial de un Estado Democrático, la representación política, y como bien destaca Adrián Peña (2): Participar no es lo mismo que estar representado. Se omite la palabra representar, así, al igual que en las elecciones durante el franquismo el pueblo participa, pero no decide, no tiene poder alguno sobre sus supuestos mandatarios. El Estado no nos reconoce un derecho fundamental a la representación política, tan sólo un derecho de participación:

Artículo 23.1. Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal. Artículo 66.1. Las Cortes Generales representan al pueblo español…

Por tanto, siguiendo con Adrian Peña, todo aquel que quiera ser elegido, debe ser presentado como candidato por un partido o coalición de partidos. Entonces, si los partidos son los únicos que pueden presentar candidatos, ¿acaso éstos no obedecerán antes al partido que a sus votantes? Es más: ¿conoce acaso el Diputado a sus electores? ¿El Diputado es un mandatario del pueblo, o del partido que lo pone en la lista? ¿Dónde está el supuesto vínculo jurídico de representación del Diputado con sus electores? ¿Dónde está la representación? En ningún lado, los partidos políticos, son estructuras totalitarias jerarquizadas con constantes luchas internas de poder y que adolecen de mecanismos democráticos de transparencia. El aparato del partido, elige a los representantes de turno de acuerdo a criterios que nada tienen que ver con las inquietudes, necesidades y exigencias de sus votantes, más bien, obedecen a criterios de servilismo y arribismo, ni siquiera de capacidad y mérito. Ya sabemos de las purgas internas de los partidos

Por otro lado, la separación de poderes, elemento esencial en una democracia y en un Estado de Derecho, es en España una auténtica falacia, son los grandes partidos los que eligen a los altos poderes judiciales: el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, La Fiscalía General del Estado. La frase célebre de Pedro Sánchez: “¿De quién depende la fiscalía? Pues eso,” pasará a la historia del despotismo político en España. Pero, ¡Cómo es posible que la renovación del poder judicial esté bloqueada por la casta política!, está claro, por la sencilla razón de que quieren seguir manteniendo la correlación de fuerzas en un poder que rinde vasallaje al omnímodo poder de la oligarquía de partidos. Y es éste, el sistema proto-democrático, pre-democrático o proto-dictatorial, en el que la farsa democrática se dramatiza en parlamentos que no representan la soberanía nacional y en los que la casta política simboliza posturas enfrentadas, que a la postre se alinean en el mismo devenir, que, en el caso actual, les viene impuesto desde élites plutocráticas transnacionales. En este sentido, el elemento más revelador de que España no es una democracia, es que nuestro voto, es cercenado y anulado por las decisiones de organismos trasnacionales que no hemos elegido: El Fondo Monetario Internacional, El Banco Central Europeo, La OMS, la OTAN y hasta la Fundación Bill y Melinda Gates. Los políticos de turno se han convertido, como decía Julio Anguita, en los manijeros de estos entes siniestros.

Las felonías y corrupción sistémica de la Casta Política española son soportadas por la Constitución, y en ella se apoyan para abundar sus diversas fechorías. Los Estados de Alarma que Pedro Sánchez declaró en la pandemia, aplaudidos y llevados a rajatabla por los caciques territoriales, fueron declarados ilegales por el Tribunal Constitucional, el cual debería haber sido cesado por completo por dilación negligente en su sentencia. Pues bien, estos Estados de Alarma ilegales, supusieron la mayor agresión a los derechos y libertades fundamentales de los españoles en tiempos de paz, con resultados lesivos no sólo para la economía y la armonía social, también, dejaron un rastro de muertos inconmensurable, en parte debido a la administración masiva e indiscriminada y sin receta médica de un tóxico sin garantías sanitarias, la vacuna Covid, promocionado por el Estado, con letales efectos adversos y lesiones graves (3). Feijoó aprobó las medidas más restrictivas de la pandemia (4) y Revilla quería vacunar a todo el mundo por lo civil o lo militar (5). Y al amparo de la Constitución y del poder judicial, ¿Ha existido algún tipo de reproche jurídico al gobierno central y a los gobiernos autonómicos? NO. Mientras tanto, toda la casta política y en particular, el abyecto Pedro Sánchez, se exhibe en los medios de comunicación venerando la Carta Magna.

¡Cómo es posible que la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, insólita en la legislación de nuestro entorno occidental, tenga encaje constitucional! Una ley que atenta contra dos elementos esenciales de los estados democráticos: la igualdad ante la ley y la presunción de inocencia; instalando en España una justicia de autor, con juzgados de excepción. Todo ello, señas de identidad de estados autoritarios y en donde lo importante no es el delito en sí, más bien las características, en este caso, sus atribuciones biológicas, del victimario. La nueva afrenta al artículo 14 de la Constitución, es la recién promulgada Ley de Paridad.

Y es que en el Régimen del 78 no se produjo una ruptura con el régimen franquista, parte de los actores que redactaron la Constitución Española, habían formado parte del régimen criminal de Franco, haciéndose una transposición, sin anestesia, o mejor dicho con amnistía total, de las estructuras franquistas a la proto-dictadura tardo-franquista de partidos, imponiéndonos un monarca franquista sin legitimidad popular, y una oligarquía de partidos, que dominará todo el espectro de la decisiones populares; alternándose en el poder de manera regular, con una ley electoral que le da un poder omnímodo, no solo a los dos grandes partidos de la socialdemocracia española, también a los secesionistas. En ese escenario, el devenir de la corrupción estaba servido.

Y en este sentido, sentencia Javier Torrox (6): ¿Cuáles son las señas de identidad del neofranquismo? Son dos, el reformismo y el consenso. Los oligarcas no quieren romper con la ilegitimidad del pasado, prefieren reformarlo. ¿Por qué? Porque ese es el medio por el que los franquistas y la oposición clandestina convergen en un único cuerpo de poder, la oligarquía que nos gobierna por gracia de la Transición. Nadie discute, nadie sale perdiendo. Todos ganan. Salvo los ciudadanos, humillados en la condición de súbditos en tanto que huérfanos de su libertad política. Privados de ella, los oligarcas se perpetúan, medran y devoran el Estado.

Y es que el régimen del 78 se asienta en el consenso. AGT (7) señala elocuentemente: El consenso es un valor negativo, no puede haber ni ciertas dosis, ni mínimas, ni máximas. El consenso es contrario a la libertad y, justamente, donde hay consenso, no hay libertad. Por tanto, es difícil pasar de la dictadura a la democracia; incluso el pensamiento político de los griegos (Aristóteles) ya decía claramente que de la dictadura no se pasa a la democracia, se pasa a la oligarquía, porque ésta es una degeneración de la dictadura y, asimismo, también aseguraba que la degeneración de la oligarquía genera la democracia. Los poderosos han de odiarse. El consenso implica el reparto de la corrupción. El enemigo de la corrupción es la separación de poderes (8).

Los datos funestos de la corrupción sistémica del régimen del 78, perpetuada en el tiempo, demuestran la inconsistencia de la Carta Magna o mejor dicho su gran valor para los actos delictivos de la casta política. En los siguientes gráficos (9), podemos visualizar los niveles de corrupción en España.


Figura 1. El coste de la corrupción por caso (izquierda) y los casos de corrupción por organización política o social.



Figura 2. Instituciones o personas más acostumbradas a ofrecer o recibir sobornos y ejercer el abuso de poder en beneficio propio según la población española en 2022 (10) .

Romero y colaboradores (2016) (11) indican de manera elocuente que en España existe un problema muy serio de corrupción política casi sistémica, estructural y que viene de lejos. Una minoría privilegiada se ha dedicado a saquear de forma sistemática, organizada y generalizada con prácticas muy nocivas para el conjunto de la sociedad. Se trataba de aprovecharse de los presupuestos públicos, vía adjudicaciones amañadas o autorización de sobrecostes injustificables, allí donde fuera posible: construcción de grandes infraestructuras, escuelas, hospitales, centros culturales o deportivos…, cualquier programa que dispusiera de recursos públicos o cualquier departamento o empresa pública que tuviera capacidad de endeudarse ha servido para ese propósito.

Es difícil establecer el coste de la corrupción en España, análisis conservadores estiman que entre 1978 a 2015 (12), la corrupción política en España ha dejado un agujero en las arcas españolas de más de 7.500 millones de euros. Otros estudios más generosos lo elevan a 90.000 millones anuales (13).

La corrupción política en España en el período 2000-2020, para todos los niveles territoriales, revela 3.743 casos de corrupción, localizados principalmente en Andalucía, Comunidad Valenciana y Galicia. El Partido Popular concentra el 40,5% de los casos mientras que el Partido Socialista Obrero Español el 38,3% (14). Pero, si consideramos al despilfarro como otra forma de corrupción, los datos son devastadores. Romero et al., (2016) (11) señalan que en el periodo 1985–1995 se “dilapidaron” en ineficiencias 15.217 millones de euros o cerca de un 5 % del PIB. En el periodo del llamado boom económico (1996–2007), la magnitud del despilfarro alcanza un 20 % del PIB. Pero, como se observa, en este período de crecimiento económico acelerado en el que estimamos un despilfarro (ineficiencias y corrupción) de 147.732 millones de euros, no es posible determinar con exactitud, el monto preciso de esta cantidad que es atribuible directamente a la corrupción. Finalmente, en el periodo que va desde el inicio de la crisis económica hasta ahora, se puede cifrar la ineficiencia y el despilfarro en un 3 % del PIB, o unos 31.556 millones de euros. En las dos últimas décadas, de acuerdo con nuestras primeras estimaciones, las administraciones públicas han comprometido más de 81. 000 millones de euros en infraestructuras innecesarias, abandonadas, infrautilizadas o mal programadas. Una cantidad que puede superar los 97.000 millones en un futuro próximo si se suman las obligaciones ya adquiridas. Despilfarro en líneas de alta velocidad, vías de alta capacidad con sobrecostes, en la red de puertos y aeropuertos competencia de la Administración General del Estado. Despilfarro y sobrecostes en las infraestructuras competencia de las Comunidades Autónomas y gobiernos locales. Las Comunidades Autónomas y los gobiernos locales han comprometido de forma inadecuada algo más de 35.000 millones de euros entre 1995 y 2016. Una cantidad que ascenderá a más de 51.000 millones en los próximos años si se tienen en cuenta los compromisos ya adquiridos por distintos gobiernos.

Ya lo decía Antonio García Trevijano: la corrupción es sistémica y aparece junto a la Constitución, es congénita con el régimen. Sin corrupción no sería aplicable la Constitución (15).

Pero es que el régimen del 78 con su Carta Magna como referencia magistral, nos ha llevado a los peores niveles de deuda conocidos (16) (Figura 3), a los mayores niveles de pobreza (16) (Figura 4), con los mayores niveles de desempleo de Europa (17) (Figura 5), con el consecuente aumento de las personas sin hogar (18) (Figura 6) y una reducción alarmante del índice de progreso humano, en especial, el referido a las necesidades humanas básicas (16) (Figura 7) y con un reducción también importante de los niveles de cohesión social (19). Todo ello, acelerado en el gobierno de Pedro Sánchez.

 



Figura 3. Evolución de la deuda en España.



Figura 4. Evolución del riesgo de pobreza en España.



Figura 5. Tasa de desempleo en Europa.



Figura 6. Evolución de las personas sin hogar en España.



Figura 7. Índice de progreso social en España.

 

Otro indicador indecente del secuestro del Estado de Derecho por parte del poder político es el uso del indulto, los casos son verdaderamente humillantes, lo administran según sus intereses y agendas ideológicas del momento, dejando al poder judicial como una auténtica caricatura. Pero la traición final a la Soberanía Nacional se sustenta en el pacto secreto del gobierno, con delincuentes fugitivos de la justicia, y en el extranjero, que pretende, por la puerta de atrás, al margen del pueblo español, un nuevo proceso constituyente federalista, teniendo como coartada la amnistía de los secesionistas catalanes. Hasta el Código Penal es un comic para esta caterva de traidores, que deberían ser condenados por pactar con prófugos de la justicia, en virtud del Artículo 408 del código penal que dice: La autoridad o funcionario que, faltando a la obligación de su cargo, dejare intencionadamente de promover la persecución de los delitos de que tenga noticia o de sus responsables, incurrirá en la pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años”.

Pero, ¡Aquí no pasa nada!

Y es que Javier Torrox (20) detalla magistralmente que el régimen del 78 ha hecho de la deslealtad virtud, no solo publicitan la felonía, presumen de ella, el ejecutivo y legislativo actúan en unidad de poder al promover la ley de amnistía dando un golpe a la nación, el estado vuelve a rebelarse contra España y cuentan con la Constitución como  cooperadora necesaria, la fábrica de coartadas del régimen del 78, su cometido es afirmar la constitucionalidad del proceso de demolición de España que acaba de empezar en Suiza.

Además, caciques territoriales como Juanma Moreno, el nacionalista andaluz, se suman al banquete, y pide a Sánchez 17.800 millones y un fondo compensatorio para Andalucía tras el pacto PSOE-ERC (21).

Por tanto, y de nuevo con Javier Torrox (22): El Régimen del 78 camina hacia lo que ya llaman una segunda Transición, un proceso constituyente que pretende convertir España en un Estado federal: que las CCAA se constituyan en naciones que se declaren estados que, a continuación, se federen entre sí. Esto sería la muerte de la Nación política española. La Nación y su Derecho han sido atomizados por la Constitución de 1978. Los separatistas nunca han sido tantos ni tan fuertes como lo son ahora gracias al 78. Las tajadas del Estado se han agotado. El próximo festín será de tajadas de la Nación.

Y es que, este proceso federalista, absurdo, sin justificación cultural, histórica ni social, tiene su declaración de intenciones en el artículo 2 de la Constitución: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Artículo que plasma una contradicción irresoluble, España no es una nación de naciones. Y así lo refiere José Alsina (23): La nación fraccionaria necesita de la mentira histórica, debido a que surgen de modo diametralmente opuesto a las naciones canónicas. Si estas surgen de la historia, aquellas lo hacen de la metafísica, y forzosamente tienen que manipular la historia, distorsionarla para que encaje en sus planteamientos metafísicos. Además, mientras que la nación canónica se forma por integración de pueblos o naciones étnicas previamente dadas, la nación fraccionaria se constituye a partir de la desintegración o destrucción de una nación canónica previamente dada, a la que se considera a veces como una “nación invasora”.

Como destaca Pedro González (24), en la España del consenso de los partidos, los partidos también se abrazan para el reparto del Estado. El consenso político es un invento de la transición española, consiste en un reparto de poder oligárquico para que ninguna facción esté por encima de otra (AGT) (25). Y mientras tanto, ¿Qué hace el jefe del estado, el monarca? Pues proponer a Pedro Sánchez a la candidatura del gobierno. Ya lo decía AGT en su libro Teoría Pura de la Democracia (26): Esta Monarquía es la sucesión de la uniformidad de la dictadura por medio del consenso.

Y el reparto del Estado, mediante el mantra del federalismo, tan cacareado por la izquierda, supone un avance más para el expolio y el latrocinio al pueblo español por parte de la oligarquía de partidos, a través de los caciques territoriales, desarrollando una red clientelar más profusa de la existente.

Como señala Carlos Cano (27) el reformismo político, no quiere oír ni hablar de ningún proceso de libertad constituyente, es incapaz de ir más allá de un modelo territorial federal. Frente a este panorama, quiero destacar de manera íntegra algunas de las reflexiones más sagaces al respecto de Carlos Cano:

Los que no estamos de acuerdo ni suscribimos la solución federalista para España, corremos el riesgo de ser acusados de “fachillas” por aquellos que impugnan el “unionismo” en nombre del federalismo o del “consenso”. Por esta razón, todo posicionamiento decididamente anti-nacionalista, corre el riesgo de ser capitalizado por las derechas o el PP; sin embargo, esta penosa situación solo evidencia, a mi juicio, el estado deplorable de las izquierdas acomplejadas, que, durante estos años de autonomismo centrifugador, han asumido y tolerado, con la connivencia de las instituciones y el erario público, la nescencia y la jerigonza separatista, sobre todo, aquellas que para poder gobernar, han tenido que cambalachear y comprometerse con gobiernos nacionalistas.

El federalismo supone, tal y como sugiere su propio nombre: “federar”, palabra que proviene del latín foedarae, cuyo significado es “unir”. Entonces, en el caso concreto de España, me pregunto lo siguiente: ¿qué sentido tiene separar lo que ya está unido para volverlo a unir después? Mientras que para algunos el federalismo es la solución más razonable; para otros, es un proyecto que supondrá un paso más hacia la secesión.

La federación solo es posible en el momento preciso en el que se constituye un Estado. Caso paradigmático de estado federal es Estados Unidos y su Segunda Constitución del 1787, acto donde las trece colonias aprueban abandonar su condición de estados independientes al ceder su soberanía a la federación. Pero España tampoco puede ser jamás un estado federal en el sentido de asociación confederada, porque ello implicaría reconocer la preexistencia de estados independientes que han decidido federarse.

 Los que defendemos la República Constitucional, no solo nos oponemos radicalmente a la reforma de la Constitución del 78, sino a todo el régimen falso de la Transición que no fue producto, como sostienen sus corifeos, de un proceso de libertad constituyente…

… los actuales partidos de esta monarquía de partidos estatales no pueden brindar al pueblo español la solución de nada, puesto que ellos mismos son parte del problema. Basta con cambiar el sistema electoral y separar los poderes del Estado. Basta con dar a los ciudadanos el derecho de elegir a sus representantes de distrito y el de nombrar o deponer directamente a sus gobiernos.

…defender lo poco que queda de una soberanía nacional supeditada a ese monstruo supra-nacional y profundamente anti-democrático que se llama Unión Europea.

 Y es que la izquierda española, desde Santiago Carrillo, ha cometido alta traición al pueblo español y a la clase trabajadora. La actual, caballo de Troya del neoliberalismo más depredador, es una infame caricatura, en la izquierda indefinida actual, como la definiría Gustavo Bueno, los principios esenciales de la izquierda, la dialéctica del conflicto vertical y el materialismo histórico de Karl Marx, han sido sustituidos, por mandato de las élites plutocráticas, en políticas de identidad y climáticas.

Decía Spinoza: “La mayoría de nosotros permanecemos pasivos la mayor parte del tiempo, debido a que no hay mayor esclavitud que estar sujetos a dos pasiones: el miedo y la esperanza”. Pues eso es precisamente lo que hacen todos los políticos, anulan tu existencia y tu acción vital con el miedo, generando todo tipo de problemas, para luego plantearte la solución, la esperanza. Lo único que nos queda, en la dramática situación actual de España, es el desarrollo de la conciencia crítica y su extensión a todos los rincones del pueblo español, para que, en las próximas elecciones, se instaure la revolución pacífica que derogue definitivamente el régimen oligárquico de partidos del 78 mediante la abstención masiva.

 

Pedro Ángel Latorre Román

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias

Referencias

(1)          https://youtu.be/drZrGLrZ-Fk

(2)         https://www.diariorc.com/uncategorized/la-mentira-fundamental-del-reino-el-regimen-del-78-parte-iv/

(3)         https://vaers.hhs.gov/

(4)        https://www.europapress.es/galicia/noticia-feijoo-defiende-duras-medidas-anticovid-llama-desterrar-incivismo-tocara-sacrificar-parcelas-libertad-20201021114928.html

(5)         https://www.lavanguardia.com/politica/20211116/7866659/revilla-pide-vacune-mundo-buenas-malas.html

(6)         https://www.diariorc.com/articulos/retrato-del-consenso-el-neofranquismo/

(7)         https://www.larazon.es/historico/5067-antonio-garcia-trevijano-el-consenso-es-contrario-a-la-libertad-QLLA_RAZON_365242/

(8)         https://www.ivoox.com/consenso-es-corrupcion-audios-mp3_rf_97121493_1.html

(9)         https://casos-aislados.com/

(10)      https://es.statista.com/estadisticas/1423858/soborno-y-abuso-de-poder-entidades-y-personas-que-mas-lo-ejercen-en-espana/>

(11)       Romero, J., Brandis, D., Delgado, C., García, J. L., Moreno, M. L. G., Olcina, J., ... & Vicente, J. (2018). Aproximación a la Geografía del despilfarro en España: balance de las últimas dos décadas. Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, (77), 1-51.

(12)      Castañón, F. J. (2016). Diccionario de la corrupción. Nostrum.

(13)      Quintanilla, P. B. (2018). The costs of corruption across the European Union.

(14)      Abreu, J. (2022). La corrupción política en España: un análisis descriptivo (2000-2020). IREA–Working Papers, 2022, IR22/21.

(15)    https://www.elsoldigital.es/espana-esta-perdida-y-podrida-antonio-garcia-trevijano-lider-del-mcrc-y-personaje-clave-de-la-transicion-politica-espanola/

(16)      https://datosmacro.expansion.com/deuda/espana

(17)      https://www.epdata.es/tasa-desempleo-paises-union-europea-enero-2022/f79873c3-6453-46ab-9543-9766d8b09bee

(18)      https://www.epdata.es/datos/centros-servicios-atencion-personas-hogar-datos-graficos/452

(19)      https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2020-11/a_global_perspective_of_social_cohesion_in_the_pandemic_age_espanol.pdf

(20)     https://twitter.com/Javier_Torrox/status/1731561974528712756/photo/1

(21)      https://www.eldebate.com/espana/andalucia/20231102/moreno-pide-sanchez-17800-millones-fondo-compensatorio-andalucia-acuerdo-erc_150927.html

(22)     Torrox, J. (2023). Federalismo cacique. El 78 contra el pueblo. Razón española: Revista bimestral de pensamiento, (238), 123-125.

(23)     https://posmodernia.com/nacion-fraccionaria-y-mentira-historica/

(24)     https://www.diariorc.com/articulos/amnistia-y-concordia/

(25)     https://www.diariorc.com/radio-tv/el-consenso-politico-genera-servidumbre-voluntaria-reposicion/

(26)    https://www.diariorc.com/su-pensamiento/

(27)    https://www.diariorc.com/uncategorized/federalismo-ultimo-caballo-troya-balcanizar-espana/

 


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