DEPORTE E IGUALDAD: UNA ONTOLOGÍA DISPARATADA HECHA POR ARRIBISTAS PARA DESNORTADOS
Escribo estas
líneas como respuesta a la intención política de vincular el deporte con la
igualdad y que invade todas nuestras instituciones. En el caso que nos ocupa y
a modo de referencia del estado de la cuestión, el ayuntamiento de mi pueblo,
la Ciudad de los Cerros, ha diseñado una Olimpiada Deportiva por la Igualdad, en
la que según declaraciones del Concejal de Deportes se pretende, …fomentar
una igualdad plena y real, también se trata de una forma de poner en valor
aspectos como la constancia, el esfuerzo o la superación (1), señalando
además la Concejala de “Igualdad” que:…, en
esta cita lo importante no es competir, sino participar, por eso todos y todas
serán premiados (1). Añaden que en
esta Olimpiada se explicarán las sinergias surgidas del Olimpismo entre deporte
e igualdad. Pues bien, al interpelarlos en su página de Facebook, sobre lo que entienden
por deporte e igualdad, la respuesta ha sido nula.
Y es que independientemente de debates conceptuales, epistemológicos o
filosóficos y a sabiendas de que el deporte es un concepto polisémico, o como
decía Jose M Cagigal, indefinible, hay un elemento estructural e inalterable en
su práctica que es el agonismo, la lucha, la competencia…La práctica deportiva
supone clasificación y una jerarquía de ganadores y perdedores. En consecuencia,
la ontología entre deporte e igualdad es un disparate, sólo entendible desde la
manipulación ideológica que se quiera hacer del deporte y de la igualdad. Es importante señalar que la ejercitación física no necesariamente es deportiva.
El deporte, y aludiendo al lema olímpico Citius, Altius y Fortius (Más
rápido, más alto, más fuerte) es el
máximo escenario de la desigualdad, en este caso, además, es la máxima expresión
del dimorfismo sexual en relación al rendimiento físico y motor. Por tanto, el
resultado de la práctica deportiva es la desigualdad. Intentar eliminar del
deporte su elemento agonista y sus consecuencias, la victoria o la derrota, es
desvirtuarlo, deconstruirlo o destruirlo, y eso es lo que parece que intentan
hacer los arribistas. En su intento de desconstrucción total de la esencia del
ser humano y de conceptos y acciones consolidadas en la cultura y validados por
la biología, ahora le toca al deporte. Nuestros políticos locales, puede que
tengan nobles motivaciones, pero su ignorancia y servilismo a las grandes
consignas políticas, los convierten en cómplices de este intento de demolición
total de la vida humana. Y es que su ignorancia les lleva a demonizar la
competición, naturaliza íntima del deporte. Y es ésta, cuando se orienta
pedagógicamente, un instrumento muy interesante de autoexploración, de conocimiento
y de construcción de una cosmovisión filosófica esencial sobre la vida. A
saber, no hay algo más edificante que la exposición a la derrota, en este caso,
en un escenario ficticio e intrascendente como es el deporte, es un entrenamiento
ante lo que acontece inexorablemente a lo largo de la vida: las pérdidas y
derrotas constantes, en la vida se van perdiendo las capacidades físicas,
cognitivas, perdemos amigos, familiares, empleos…, hasta la pérdida total que
supone la victoria del gran enemigo, la muerte.
El deporte puede tener un significado o acomodación con la filosofía
estoica, importan los grandes significantes, la capacidad de lucha, el esfuerzo
personal…, lo que yo puedo controlar, el resto no depende de nosotros, por eso,
la victoria o la derrota son indiferentes preferidos, a los que no hay que
darles gran valor y, en consonancia con la filosofía cínica, es el ascetismo del
atleta, expuesto a grandes esfuerzos y privaciones, el valor esencial.
Pero, independientemente de otras interpretaciones filosóficas que den
explicación a lo que se pone en juego en el deporte (dualismo platónico y
cartesiano de cuerpo y alma o interpretación monista) u otros análisis
epistemológicos, la interpretación expuesta por Olivera y Torrebadella-Flix (2) en relación al deporte me
parece muy acertada y es que el deporte es el conjunto de ejercicios físicos reglamentados y
practicados con el fin de adiestrarse en un recreo o entretenimiento
determinado, sin atender a las consecuencias educativas o utilidad individual
ni social. Lo cual nos adentra a una interpretación
mecanicista del deporte, esto es así observando también a las personas, las
cuales, se acercan al deporte para divertirse o promocionar su salud, no para
ser mejores personas, resilientes, eco-sostenibles, feministas o pacifistas. Lo
que te puedes llevar a casa después de la práctica deportiva es una alta concentración
de ácido láctico en el cuerpo, deshidratación, dolor muscular…y emociones
diversas. Intentar atribuirle al deporte otras consideraciones morales es
especulativo, metafísico y en consecuencia erróneo. Es muy difícil determinar el
efecto inequívoco y por sí mismo de la práctica deportiva en el comportamiento
prosocial y moral de las personas, de hecho, en un estudio realizado por nosotros
demostramos todo lo contrario, los niños expuestos a la práctica deportiva federada
manifiestan, dependiendo del deporte, mayores conductas antisociales y menos
preocupación empática (3).
Pierre de Coubertin, Cagigal y otros autores fracasaron
en el intento de desarrollar un humanismo deportivo, el devenir de los acontecimientos
ha demostrado que los deportistas por el hecho de hacer deporte no son mejores personas,
que además el deporte se ha convertido en un instrumento de manipulación
política, en un producto mercantil y no ha servido para solucionar ningún tipo
de conflictos. Y es que el comportamiento prosocial y la moralidad individual está
conformada por una vasta influencia de factores internos (genética y
epigenética, influencia neuroendocrina) y externos (medios de comunicación,
familia, amigos…), por lo que sacralizar al deporte en su misión moralizante,
es francamente un buenísimo onírico propio de los que desconocen la realidad
factual. En
mi vida deportiva, he descubierto en este entorno a las personas menos buenas
que uno se esperaba: egoístas, desagradecidos, envidiosos, traidores,
embusteros…Por tanto, las posibilidades del deporte como convocador de
masas, como aglutinador de intereses y como maquinaria económica ha sido
utilizada por numerosos individuos para su participación en la vida pública y
para mover grandes cantidades de dinero en su propio beneficio y en el de los
intereses que representan; muy alejados de fines altruistas, desinteresados o
supuestamente culturales y educativos que dicen perseguir (4). No puede afirmarse que el deporte moderno haya
llevado bienestar a las masas, ni solidaridad entre pueblos y culturas, que
haya eliminado el racismo y el sexismo o que aporte un referente ético y moral
a la ciudadanía (5). Incluso
Sánchez Bañuelos (1998) (6) destaca que no necesariamente se puede
relacionar la práctica deportiva con los resultados académicos, la formación
del carácter y el desarrollo moral. El Olimpismo encaja perfectamente en estas
dinámicas, el Olimpismo es un movimiento político con intereses supra-nacionales.
.
Lo verdaderamente importante
es que el deporte no es más que una proyección moderna del Homo Ludens de Huizinga (7) según el cual la etología nos muestra
que el juego es más viejo que la cultura
pues por mucho que estrechemos el concepto de ésta, presupone siempre una
sociedad humana, y los animales no han esperado que el hombre les enseñe a
jugar (8). Por tanto,
el deporte al igual que el juego, representa una pulsión filogenética de los
animales superiores y sólo presenta fin en sí mismo.
Pero desgranemos el segundo concepto de esta ontología de
lo imposible, la igualdad. Vincular el Olimpismo con la igualdad es otra forma
de demolición del fenómeno olímpico. En su propia carta olímpica (9) y dentro
de sus principios, nunca se menciona la igualdad. Y es que la igualdad no es un
comportamiento prosocial ni una actitud virtuosa, la igualdad es un concepto
jurídico, seña de identidad de los gobiernos justos y democráticos, la igualdad
ante la ley, siempre subsidiaria de la libertad individual. Y es que estos
arribistas, ya demolieron este preciado concepto jurídico. En España, la desigualdad
ante la ley por cuestión de sexo es una tozuda realidad, la asimetría penal, la
justicia de autor, los juzgados de excepción, las cuotas, la discriminación
negativa, se ceban contra los varones. Y es que este tipo de políticas
identitarias que ahora infectan el deporte, lo que pretenden es alcanzar la
igualdad de resultados, es decir debilitar a los fuertes para igualarlos a los
mediocres, idiotizar el conjunto, destruir la libertad de elección y generar
una sociedad uniformada de mediocres, débiles y cobardes al servicio de diabólicos
intereses políticos.
Vuestra miserable igualdad se basa en un inaceptable
darwinismo social, ese que inspiró a los grandes fascismos del siglo XX,
definir una víctima y un victimario, en este caso, la secular víctima es la
niña y el victimario infinito es el niño. Y nuestros políticos locales, peones
ignorantes al servicio de intereses supranacionales, no tienen el mayor pudor
de fotografiar y divulgar en sus redes este espectáculo ignominioso de
adoctrinamiento político, con la anuencia incomprensible de docentes y padres,
que permiten que esta basura se esparza en los colegios.
Por eso me dirijo a vosotros, compañeros docentes, participar
de este esperpento os desautoriza, os ponéis al servicio de intereses
políticos, de personas que desconocen nuestra profesión, y lo peor, entregáis
vuestros alumnos para ser instrumentalizados políticamente por una caterva de arribistas,
que solo buscan su supervivencia política y bien personal.
Pedro Ángel Latorre Román
Referencias
1.
https://www.eldeportedejaen.com/2023/02/ubeda-olimpiadas-intercentros-igualdad/
2.
Olivera-Betrán, J., &
Torrebadella-Flix, X. (2015). Del sport al deporte. Una discusión etimológica,
semántica y conceptual en la lengua castellana. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y del
Deporte/International Journal of Medicine and Science of Physical Activity and
Sport, 15(57), 61-91.
3.
Latorre-Román, P.,
Bueno-Cruz, M. T., Martínez-Redondo, M., & Salas-Sánchez, J. (2020). Prosocial
and Antisocial Behaviour in School Sports. Apunts: Educació Física i Esports, (139).
4.
Vizuete, M. (1999). La Educación Física, el
deporte y el poder político en el diálogo Norte-Sur. En: Actas del Primer
Congreso Internacional de Educación Física. Jerez: Fondo Editorial de
Enseñanza.
5.
Mandell, R. D. (1986). Historia cultural del deporte (No. Sirsi) i9788472900479).
- Sánchez,
F.(1998). El concepto de salud, su relación con la actividad física y
la Educación Física. Orientada hacia la salud. En: Nuevos horizontes
en la Educación Física y el deporte escolar. Acta II congreso internacional. Málaga. IAD.
7.
Huizinga, J. (2020). Homo ludens. Editora Perspectiva SA.
8.
Cimiano, J. G. (2003). El
homo ludens de Johan Huizinga. Retos: nuevas tendencias en educación física, deporte y
recreación, (4), 33-35
9.
https://stillmed.olympic.org/media/Document%20Library/OlympicOrg/General/ES-Olympic-Charter.pdf
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