DOS AÑOS DESDE EL INICIO DE LA GRAN REVELACIÓN: ESPAÑA ES UN PAÍS DE MIERDA

 




Hace dos años, el gobierno más abyecto, miserable y delincuente de la historia de la democracia, anunció un Estado de Alarma pandémico que se prorrogó varios meses más. Este hecho, ha supuesto una acto delictivo sin precedentes por parte de un gobierno de España, con el apoyo de la mayor parte de la clase política española, y que tras su declaración de ilegalidad por parte del Tribunal Constitucional (declaración realizada tarde y en un claro ejercicio de negligencia por parte del alto tribunal) no ha tenido ninguna consecuencia política ni judicial. Un Estado de Alarma que fue por tanto el punto de partida del mayor atentado a los derechos y libertades jamás perpetrado en España desde la dictadura de Franco. El escenario de guerra estaba servido, toques de queda, salvoconductos, confinamientos perimetrales selectivos, mascarillas obligatorias, coacción civil, etc. Todo ello sin consultarle al pueblo español y en un clarísimo ejercicio de autoritarismo y despotismo. Medidas que no sólo fueron ilegales, además, no tenían justificación sanitaria, ¡acuérdense del inexistente comité de expertos! Y cuyas consecuencias han demostrado inequívocamente ser, no sólo ineficaces si no sobre todo criminales (repetidas olas, vacunas ineficaces, ruina económica, incremento de la mortalidad por otras causas, enfrentamiento social, etc.); efectos adversos de esta gestión criminal de la “pandemia” que se prolongarán en el tiempo. España pareciera el laboratorio sociológico del nuevo orden mundial, un experimento social para ver hasta dónde podían llegar los seres humanos mediante la coacción del miedo. Y sí, dimos la talla, a pesar de las mentiras, la censura informativa, las contradicciones, las ilegalidades cometidas, el estado continuo de confusión y de propaganda, las medidas sanitarias esperpénticas, etc. Y sobre todo, a pesar del mayor atentado a la bioética y a los principios elementales de la medicina, que supuso la violación del principio de precaución, el consentimiento informado y la prescripción médica obligatoria en la vacunación masiva e indiscriminada. A su vez, España se convertiría en el mayor psiquiátrico de Europa, en dónde muchas personas todavía van solas en su coche con mascarilla o vagan inertes por el campo ataviadas con la marca de la bestia, el bozal. Tras dos años de ignominia, el pueblo español, “desarmado y cautivo”, se enfrenta a una “travesía del desierto” llena de incertidumbres y peligros: paro, inflación, enfermedades mentales, efectos adversos de las vacunas, fractura social y lo peor, el sometimiento con agrado a un neo-esclavismo de masas jamás conocido en la historia de la humanidad. Un pueblo español que ha cedido, sin conciencia ni consciencia, su capacidad de autogestión, su futuro y dignidad, a una casta criminal que nos lleva sin remisión a un espeluznante nuevo orden mundial. Un pueblo repleto de cobardes y pusilánimes, ignorantes e indolentes que se esconden detrás de una mascarilla y que sólo se alborotan si su equipo de fútbol no gana un partido. Una pueblo español cínico e hipócrita que a golpe de la propaganda sistematizada por parte de los medios de desinformación masiva, excita su solidaridad con el pueblo ucraniano en las redes sociales. Un pueblo que asume con naturalidad y resignación su propia ruina económica, moral, política y cultural. Y sí, los culpables sois vosotros, españoles, la mayor reserva de imbéciles y descerebrados del viejo continente, sí vosotros que mantenéis en el gobierno a esta caterva de malnacidos, mentirosos, criminales y corruptos, sí vosotros que habéis arrojado a la basura cualquier vestigio de rebeldía, autoestima y dignidad que debería tener cualquier pueblo ante el engaño, la mentira, la coacción, la censura, la corrupción, el envenenamiento masivo y el latrocinio sistemático…La desobediencia y la movilización debería ser una responsabilidad histórica ante las nuevas generaciones, vuestros propios hijos, pero también un imperativo moral por aquéllos que entregaron sus vidas por las conquistas, aunque deficientes,  en derechos y libertades que teníamos antes del 14 de marzo del 2020. Un pueblo sin instinto de conservación está irremediablemente condenado a su desaparición. Me avergüenzo de formar parte de este pueblo español.

 

Pedro Ángel Latorre Román


Comentarios

Entradas populares de este blog

REMODELACIÓN DE LAS MURALLAS DE SAN LORENZO: UNA HORTERADA MONUMENTAL, MUY ECOSOSTENIBLE Y A PRECIO DEL ORO

37 AÑOS DEL ESCOMBRO, OTRA MANERA DE CONCEBIR LA CARRERA DE RESISTENCIA

ALGO INCOMPRENSIBLE Y LAMENTABLE LO QUE HACE EL AYUNTAMIENTO DE ÚBEDA CON LOS PARQUES Y ZONAS VERDES