GUERRA DE UCRANIA, PANDEMIA Y BORREGOLANDIA
Era de esperar que una guerra
sustituyera a otra. Y es que no había otra forma de continuar el relato
criminal del nuevo orden mundial que con la amenaza de un estallido bélico mundial.
Y sí, la guerra de Ucrania anestesia la incipiente respuesta contestataria y
dudacionista acerca de la “plandemia” COVID-19; la mayor guerra contra la
población civil acontecida desde la 2ª guerra mundial. Recuerden el relato
bélico de esta guerra: toques de queda, estado de alarma, confinamientos, salvoconductos,
parte de muertos diarios, etc. Una guerra sin pistolas ni misiles, hecha con metaverso
propagandístico, una realidad virtual construida a base de enfermos asintomáticos
cuyo símbolo material es una mascarilla y cuya arma de sometimiento y crimen ha sido una jeringuilla. Una guerra sin acabar, que deja millones
de víctimas: muertos sin diagnóstico certero, otros muertos y daños colaterales (muertos y efectos adversos por la vacunación masiva e indiscriminada) escondidos y
silenciados por una abyecta casta política y sanitaria que opera bajo intereses
diabólicos. Una fractura social desconocida en tiempos de paz: vacunados vs no
vacunados, “negacionistas” vs “tragacionistas”, familias enfrentadas, amistades
rotas, empleos perdidos, ruina económica, incremento de la tasa de suicidios y
sin duda, una tenebrosa travesía del desierto de incontables personas aquejadas
de problemas mentales y efectos adversos de las vacunas.
Y llega la guerra de Ucrania, una tragicomedia,
una farsa creada ad hoc que tras la “plandemia” nos acerca al nuevo orden
mundial. En el foro económico de Davos se bautizaba el advenimiento de este
nuevo mundo (la agenda 2030) con el mandamiento demoniaco de que en 2030 no tendrás
nada, pero serás feliz. La cronología de
los acontecimientos ha sido orquestada previamente.
Una guerra que parece igualmente
propaganda, en la que una cámara doméstica espera con avidez que un misil
impacte en el piso de al lado o que Antena 3 ilustre los dramáticos acontecimientos
bélicos en Ucrania mediante imágenes falsas de videojuegos. A ver si va a tener razón Felix Udivarri ( www.ácratas.net) al decir que “de esto va todo el asunto: de distraernos con una
lejana guerra de la verdadera guerra que estamos librando con nuestros propios
estados genocidas: nuestro problema no son Putin y Zelensky, sino el malévolo
Doctor Fake, Pedro Sánchez”. Una guerra como pretexto para la ruina de occidente,
la que ya ha empezado, inflación, deuda, paro, desabastecimientos…Una guerra de una élite genocida contra todos. Como subraya Soraya Belmar deMuga(https://astillasderealidad2.blogspot.com/2022/02/detras-de-las-apariencias.html?m=1)
Mientras tanto, la piara
de borregos “covidicios”, esa masa indolente de pusilánimes, ignorantes, vagos
y cobardes que se han dejado humillar, engañar, intoxicar y someter con la
excusa de su seguridad por una bastarda clase política al servicio de los oligarcas
criminales del nuevo mundo; vosotros que habéis mancillado la honra de todos nuestros
antepasados que lucharon por los derechos y libertades civiles..., ahora, en un
ejercicio ridículo e infantil de empatía y solidaridad sin parangón, os abrumáis con “algo”, del que no existe información veraz y que pasa a miles
de kilómetros de España. Las soflamas recurrentes en las redes y comentarios de
barra de bar en contra de la guerra y muestras de solidaridad con el pueblo ucraniano,
son la última manifestación de la estulticia colectiva de la sociedad española que
aún no se ha dado cuenta que es víctima de la mayor guerra aún por finalizar
y que nos llevará al horizonte de la agenda 2030. ¡A ver si tenéis la gallardía
de alistaros como voluntarios para defender al pueblo ucraniano! Un pueblo español que
se esconde detrás de una mascarilla y que ha entregado sus hijos a los
dictados sanitarios criminales de una casta política genocida, lo único que le
queda por esperar es su desaparición.
Pedro Ángel Latorre Román
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